viernes, 4 de abril de 2008

Bye, bye, Bertie

Es probable que ya os hayáis enterado por los periódicos de que el actual Taoiseach (o sea, el presidente del gobierno o primer ministro de Irlanda), Bertie Ahern (más conocido simplemente como "Bertie"), ha anunciado que va a dimitir de su cargo como líder de su partido, el Fianna Fáil, y también de su cargo como presidente. Hace menos de un año (en mayo de 2007) de las elecciones que le permitieron seguir siendo presidente, así que resulta sorprendente cómo han podido cambiar todo tanto en menos de un año...

De Bertie ya me habían hablado algunos de mis compañeros del departamento, y algunos irlandeses. Por lo que parece, es todo un personaje: uno de esos políticos que presumen de ser campechanos y de saltarse el protocolo (algo así como el presidente de Cantabria, para entendernos), capaz de decir frases como "el motivo de que no le pueda hablar con más detalle de lo que hice aquella mañana es que probablemente no lo hice". Su mayor logro como Taoiseach ha sido su colaboración con Tony Blair para lograr los Acuerdos de Viernes Santo para la pacificación de Irlanda del Norte, o el haber sabido sostener el crecimiento económico de Irlanda.

Su lado más negativo, y el que le ha costado el puesto al final, son los distintos escándalos de corrupción en que se ha visto envuelto en los últimos años: ya en 1993 y 94 se descubrió que había recibido dos "regalos" de "amigos" por un valor de 50.000€ cada uno, y que él o su esposa recibieron otros similares de menor cuantía provenientes de distintos magnates irlandeses o británicos. En vez de negarlo, Ahern afirmó que "lo que recibiera o dejara de recibir en el ámbito privado no era asunto de nadie", y que tampoco iba a declarar lo que le habían regalado por su Primera Comunión o por su boda. Pese a que, según se decía, los irlandeses "le habían perdonado" (y de ahí que ganara las últimas elecciones), desde septiembre Ahern se ha tenido que presentar varias veces en los juzgados para explicar sus tejemanejes de dinero, sin que, por el momento, haya podido explicarlos claramente (por ejemplo, ha sido incapaz de presentar una declaración oficial de estar al día con sus pagos de impuestos, cosa curiosa siendo presidente del gobierno).

El hecho de que un político que reconoce que ha recibido pagos no declarados varias veces a lo largo de su carrera, gane unas elecciones como lo hizo Ahern hace un año, dice bastante, creo yo -y creen los propios irlandeses- del nivel de desinterés por la política que hay en este país. Desde fuera, uno pensaría que un país que está tan marcado (y hasta dividido) por la política, debería estar fuertemente implicado en la política. Eso puede que sea así en Irlanda del Norte; en la del sur, en Irlanda a secas, les da todo bastante igual; después de todo, pase lo que pase, lo más probable es que el Fianna Fáil sea el partido del gobierno durante los próximos diez o quince años...

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