martes, 22 de abril de 2008

Attendance

Una cosa que tiene enfurecida a la comunidad docente de la UL es la escasísima asistencia de los alumnos a clase. Durante el primer semestre la cosa iba regular, pero aceptable; lo de este segundo semetre ya ha sido un descojono general: dos personas en una clase de veinte; doce en una de cien; tutoriales a los que no va nadie... La teoría más extendida es que tener a mitad de semestre la rag week seguida de una semana de vacaciones ha sido fatal para los alumnos, que ya de por sí necesitan poco para descentrarse.

Ante esta falta de asistencia hay dos posturas contrarias: la de los "penalistas" y la de los "responsabilistas" (por ponerles un nombre). Los penalistas, como su nombre indica, quieren penalizar al que no vaya a clase. Hay varias opciones: dar un porcentaje de la nota sólo por asistencia, y el que no vaya la pierde; no dejar que los alumnos que hayan sobrepasado un determinado número de faltas no justificadas se presenten al examen; restar un porcentaje de la nota por cada falta no justificada a partir de la tercera o cuarta... Los responsabilistas en cambio dicen que esto es tratar a los alumnos como críos, que estamos en la universidad, la gente se supone que es mayor y debería asumir su responsabilidad, y decidir si quiere ir a clase o no, sabiendo las consecuencias que puede tener. A lo que los penalistas contestan que eso está muy bien, pero que si los alumnos se comportan como críos, habrá que tratarlos como a críos...

Yo la verdad es que no sé muy bien qué pienso. Creo que estoy más cerca de los responsabilistas -el que no quiera venir que no venga, pero luego que no se queje si no se entera de nada-. Pero también veo que el problema es grave, sobre todo en las clases de lenguas, donde las clases son más difíciles de recuperar que en una clase de, por ejemplo, literatura, donde puedes pedir los apuntes y estudiar por tu cuenta sin demasiada dificultad. Está claro que también se pueden aprender de memoria los verbos o listas de vocabulario, pero a hablar una lengua se aprende hablando, y dudo mucho que los que no vienen a clase se encarguen luego de buscar algún sustituto para practicar en su tiempo libre...

En fin, que no sé cómo evolucionará la cosa, pero mucho me parece que el año que viene vamos a tener que pasar lista en las clases (como ya hacen, por cierto, en los departamentos de español de Deusto y St. Andrews).

2 comentarios:

Sin Hora De Cierre dijo...

Hola buenos días.
He caído en tu Blog por la recomendación de los libros.
No vengo a vender nada, jejeje. Solamente hacer una publicidad inocente de un concurso de micro-relatos que organizamos desde nuestro Blog.

http://literaturaenmurcia.blogspot.com

Anímate, no será mucho, pero nos hará mucha ilusión, jejeje.

Por cierto, si quieres saber más, mi Blog personal es:

http://www.envidiaydeseo.blogspot.com/

Y soy Raúl M.

Ángeles Navarro dijo...

Como dices, es muy dificil colocarse en cualquiera de las 2 posiciones, no seria mas divertido conversarlo con los alumnos y preguntarles ¿Por qué faltan a las clases?...Como profesor debe ser super desmotivante llegar a una clase de 20 y que esten 2...Yo tambien me preguntaria como profesor y Universidad si hay algo que no estan haciendo bien...Cuando era estudiante habian clases que por nada del mundo me podia perder porque amaba a los profesores y la dinamica que se generaba en las clases, mientras en otras solo asistia por no perder la materia por no asistir