Hacer una mudanza, aunque sea pequeña como la que tengo que hacer yo ahora -bueno, entre ahora y septiembre- siempre es un incordio: ordenar, rebuscar, meter las cosas en cajas, moverlas atrás y adelante... Pero a cambio tiene una cosa buena: hace que nos demos cuenta de la cantidad de porquerías, cachivaches y recuerdos absurdos que vamos coleccionando con el tiempo, así que, cuando hay que mudarse, hay que elegir, y lo que hace unos meses parecía imprescindible, ahora termina en la basura.
Visto así, una mudanza es una forma de purificación, que habría que practicar más a menudo.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
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*Idioma original: *Español
*Año de publicación: *1998
*Valoración: *Bastante recomendable
La Habana (Cuba). Año 1994, cuarto año de Período Especial, la...
Hace 20 horas
1 comentario:
Dos mudanzas son como un incendio, dice mi cuñado...
Crapu
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