viernes, 27 de junio de 2008

Last hours in Eire (for now...)

En este momento me faltan aproximadamente doce horas para coger el vuelo que me llevará de Shannon a Biarritz, donde si la autoridad y el tiempo lo permiten Nerea y mis padres estarán esperándome para llevarme a Bilbao. Esto se acaba, así que, como cuando llega fin de año y las televisiones se ponen nostálgicas, es buen momento para hacer balance.

Vamos por partes: en lo profesional, al año le doy un notable. Las clases han ido bien, la tesis ha avanzado muchísimo, he tenido tiempo de presentar un par de comunicaciones a congresos... Para el sobresaliente ha faltado terminar la tesis, haber escrito quizás algún artículo, o haber dado alguna clase de literatura más (el año que viene, con un poco de suerte, haré todas estas cosas).

En lo personal, le doy un notable bajo (lo que en mi época se llamaba un "bien", que ahora no sé cómo se llamará). No es que haya estado mal, de hecho he estado a gusto en general, pero, sobre todo en el segundo semestre, el estar con la tesis a tope me ha vuelto más antisocial que de costumbre, y eso ha influido en todo lo demás. Creo que he hecho buenos amigos (Diego, Lucía, Pablo, Carmen...), pero no he disfrutado tanto de ellos como disfruté durante el año en St. Andrews. Claro que también yo entonces tenía siete años menos, era casi un Erasmus más... Por otra parte, si Nerea hubiera estado aquí, el año habría sido mucho mejor en general; pero también eso se soluciona el año que viene...

Como turista, doy por vistas las principales ciudades de Irlanda (Dublín, Cork, Limerick, algo menos Galway). Para el año que viene falta la Irlanda rural -el Ring of Kerry, Connemara, Cashel, Kilkenny...- e Irlanda del Norte: por lo menos me gustaría volver a Belfast y visitar (London)Derry.

De lo que más me arrepiento este año: de no haber ido a una excursión a Killarney con Diego, Lucía y Tomás (el hermano de Lucía). Es verdad que cuando se fueron yo estaba agobiado con la tesis, preparando clases y una comunicación... pero me gustaría haber ido, me da la impresión de que, en pequeñito, fue el equivalente del viaje a los Highlands de Escocia. Por culpa de la tesis he tenido que decir que no a muchas otras cosas (viajes, fiestas, cenas...), pero esta es la que más recuerdo.

De lo que más orgulloso estoy: de que después de 10 meses, sólo uno de mis calcetines se haya quedado sin pareja :P

Así que me voy: por este año, Limerick se ha terminado. Pero que no cunda el pánico: este blog seguirá activo durante el verano (con algunos parones vacacionales, preveo), para contar cómo va la vida en Bilbao, y en Lanzarote, donde pasaremos Nerea y yo una semana de desconexión total. La próxima vez que bloguee, será desde el otro lado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por ese final esperanzador, Santi. Sólo de imaginar que nos dejas, unos sudores fríos... A ver si tomamos un café cuando estés por aquí: creo que marta ya te ha hecho placaje. Así hablamos de la situación de las universidades, y eso.