jueves, 22 de mayo de 2008

Ode to failure

Era una noche de mayo
cuando tú,
oh Terry,
el de la cara de oficinista,
te dispusiste a tirar el último penalty.
Las estrellas se detuvieron
en sus constelaciones,
oh Terry,
el de la cara de oficinista,
cuando tú te acercaste al balón
desde el centro del campo.
Y cuando tú,
oh Terry,
el de la cara de oficinista,
te disponías a chutar a portería
contra Van der Sar,
el de la cara de liebre,
hasta la hierba
contuvo el aliento
(y no porque tuviera miedo de Van der Sar),
oh Terry,
tú ya sabes.
Por eso,
oh Terry,
el de la cara de oficinista,
las gotas de lluvia conspiraron
para que tu pie izquierdo resbalara
tu pie derecho fallase el golpe
el balón fuese al palo
y Van der Saar
el de la cara de liebre
cantase victoria,
y yo,
oh Terry,
el de la cara de oficinista,
perdiese mi apuesta con mi amigo Diego
por tu culpa
por tu culpa
por tu gran culpa,
oh Terry,
el de la cara de oficinista.

3 comentarios:

Luis Torregrosa dijo...

¡Juas! Se nota con quién ibas. Mala suerte.

Anónimo dijo...

El título podría ser también "Épica de nuestros días".

¿Lloraste de los tos ojos, Anaia Yago Perez?

Anónimo dijo...

Acojonante, te estás soltando la melena en este blog!! Crapu.