
Pues otro elemento que también se está recuperando y reactualizando son los juegos de ordenador de aquella época. Los que tenemos aproximadamente mi edad o la de mi hermano -29 y 32 años respectivamente- pertenecemos a la generación que utilizó los primeros Amstrad CPC, Commodore, Spectrum... Aquellos trastos que no tenían disco duro, que utilizaban lenguajes como Basic o Cobol, que funcionaban -algunos- con cintas de cassette...
En fin, para los que, como yo, se sientan un poco nostálgicos, aquí recomiendo dos páginas: en esta se pueden leer reseñas de un buen montón de juegos para Amstrad CPC; y en esta se pueden descargar otro buen montón. Así, las nuevas generaciones podrán tener acceso a mitos con los que nosotros disfrutamos, como el Green Beret o el Yie ar Kung Fu (los dos primeros juegos que tuvimos), los grandes clásicos de la compañía española "Dinamic" (Army moves, Navy moves, After the war...), los de "Erbe" (Operation Wolf, Colyseum...), o de "Opera Soft", como Sol Negro o, sobre todo, La Abadía del Crimen, considerado como uno de los mejores videojuegos fabricados en España.
Descargárselos es muy sencillo, sólo hay que hacer clic y esperar; para ejecutarlos hay que descargarse un emulador -ellos recomiendan el Winape- que recrea la pantalla azul del CPC, y hacer un esfuerzo para recordar comandos de Basic como "cat" o "run", que ya creíamos desterrados para siempre. Después de un rato de experimentar con algunas de estas reliquias, surgen dos conclusiones contradictorias:
a) Sorprendentemente, hay algunos juegos como el After the war o el West Bank que siguen resultando adictivos.
b) Por otra parte, ¿cómo podíamos divertirnos con algunos otros, como Abu Simbel profanation, que exigen destrezas propias de un neurocirujano, o con cutreces como el Psycho-pig, que ahora mismo seguramente podría programarse en media tarde?
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