martes, 30 de octubre de 2007

Cliffs of Moher

El domingo, como anunciaba en mi entrada anterior, nos fuimos Nerea y yo de excursión con Barratt Tours a los Acantilados de Moher, en el Oeste de Irlanda (por cierto, que nuestra conductora/guía es la que sale en la página web, Christine). Éramos sólo siete en el minibús, así que era como ir en familia. En general, la excursión mereció mucho la pena, aunque tuvimos una suerte irregular con el tiempo: a ratos llovía, a ratos hacía sol, a ratos diluviaba...

La excursión se anuncia como "Cliffs of Moher Tour" pero en realidad se ve mucho más: primero se pasa por Ennis, que es un pueblo algo más pequeño que Limerick pero que parece bonito, habrá que hacerle una visita. Luego, se hace una parada en Caherconnell, un asentamiento medieval circular del que no queda casi nada, pero que es interesante.



Y a pocos metros de allí, la siguiente parada, Poulnabrone, un dolmen muy bien conservado.



Toda esta primera parte de la excursión atraviesa la región conocida como "The Burren", un terreno formado con piedra caliza, antiguamente sumergida debajo del Océano y que tiene un curioso aspecto, casi extraterrestre -entre otras cosas, casi no hay árboles-.



Y finalmente, después de comer en un restaurante en un pueblecito llamado Doolin (malamente, pero bué), por fin los Cliffs. Si hace buen día, o mejor, buena media hora, como el domingo cuando estuvimos nosotros, las vistas son impresionantes: son unos acantilados cortados como a cuchillo, y con una altura que realmente acongoja. Me temo que las fotos que sacamos no les hacen justicia...





"¿Cuántos turistas se caen por el barranco al año?", le preguntó un cachondo a la guía. "Más de los que te imaginas", le contestó la guía, otra cachonda. "Están los que se tiran, y están los que se lleva el viento".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con esas fotos, ya puedes ir preparando un campamento para las visitas...