La excursión se anuncia como "Cliffs of Moher Tour" pero en realidad se ve mucho más: primero se pasa por Ennis, que es un pueblo algo más pequeño que Limerick pero que parece bonito, habrá que hacerle una visita. Luego, se hace una parada en Caherconnell, un asentamiento medieval circular del que no queda casi nada, pero que es interesante.
Y a pocos metros de allí, la siguiente parada, Poulnabrone, un dolmen muy bien conservado.
Toda esta primera parte de la excursión atraviesa la región conocida como "The Burren", un terreno formado con piedra caliza, antiguamente sumergida debajo del Océano y que tiene un curioso aspecto, casi extraterrestre -entre otras cosas, casi no hay árboles-.
Y finalmente, después de comer en un restaurante en un pueblecito llamado Doolin (malamente, pero bué), por fin los Cliffs. Si hace buen día, o mejor, buena media hora, como el domingo cuando estuvimos nosotros, las vistas son impresionantes: son unos acantilados cortados como a cuchillo, y con una altura que realmente acongoja. Me temo que las fotos que sacamos no les hacen justicia...
"¿Cuántos turistas se caen por el barranco al año?", le preguntó un cachondo a la guía. "Más de los que te imaginas", le contestó la guía, otra cachonda. "Están los que se tiran, y están los que se lleva el viento".
1 comentario:
Con esas fotos, ya puedes ir preparando un campamento para las visitas...
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