miércoles, 16 de enero de 2008

When the Wind Blows

Como un Mary Poppins medio calvo -me he rapado el pelo-, aprovecho las rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora para volar a Limerick, mañana a las 17.05, con parada en Londres (muy propio de Mary Poppins) de cuatro horas.

Este mes que he pasado en Bilbao ha estado bien, he tenido tiempo de ver a casi todo el mundo, he comido como si fuera a hibernar y he descansado. He visto cuatro partidos del Athletic (dos victorias, un empate y una derrota, no está mal), he comido pulpo, callos y membrillo -cosas inencontrables allí- y he vuelto a recordar lo que es que no te chapen todos los bares a las 2.30. Y he aprovechado el tiempo, creo que razonablemente bien, con mi familia, amigos y Nerea, que era de lo que se trataba.

Ahora toca recuperar el ritmo de las clases, las reuniones, la tesis, y la verdad no creo que se me haga muy duro. De momento, para tirarme de cabeza a la rutina Limerickense, el viernes ya tengo la clásica y típica pachanga de fútbol por la tarde. Y luego, unas Guinness en el bar de la universidad. Cuando esté masticando mi primera pinta de cerveza, sabré que he llegado.

P.D. sobre el título: Cuando se me ha ocurrido el título para esta entrada, estaba totalmente convencido de que era el título original de Lo que el viento se llevó. Al ir a comprobarlo en internet, sin embargo, me he sorprendido al ver que en realidad el título original es Gone with the wind y que When the wind blows es el título de una novela gráfica que leí hace muchos años, sobre las consecuencias de la caída de una bomba nuclear sobre Inglaterra, que había olvidado casi completamente. Es decir, había olvidado la novela gráfica, pero no su título, que se me había quedado enterrado en la memoria esperando su oportunidad para despertar.

3 comentarios:

Munchausen dijo...

No leí el libro, pero vi la película (y cuando no he visto la película, he jugado el juego), y da como bastantes ganas de llorar, con esa música deprimente de Roger Waters...

Anónimo dijo...

Ay primito, se lo que dices del viento, porque yo vole el martes Madrid Bilbao y fuimos, de verdad, rezando todo el camino!! Hacia tiempo que no rezaba tanto!! Si es que el volar te acerca tanto a Dios....

Santi dijo...

Pues se ve que he tenido suerte: dos días antes de irme se estaban desviando los vuelos de Bilbao a Vitoria por el viento; y dos días después de llegar aquí está tirando agua y soplando que parece una tormenta tropical. ¡Y eso sin rezar!