domingo, 9 de diciembre de 2007

Digital is real

Para los que oponen lo virtual a lo real, como cosas totalmente separadas, aquí va una pequeña historia sobre cómo la frontera entre los dos mundos a veces puede ser muy fina, y que demuestra que lo virtual sí afecta a lo real.

Resulta que Carmen, mi compañera de piso, estaba un día "googleándose" a sí misma (¿a que vosotros también lo habéis hecho?) y le sorprendió encontrar su nombre en un blog en alemán. Cuando entró, vio que el blog pertenecía a una alumna suya -una Erasmus, de hecho-, y que hablaba no sólo de ella, sino también de otros profesores del departamento. Intrigada, metió el texto del blog en un traductor automático (Babel Fish o similar) para ver qué era lo que decía.

Y lo que decía no era muy agradable. En su caso no era muy grave: lo peor que decía era que es española (???) y que por eso no hablaba bien inglés (???); peor era lo de los otros profesores: criticaba sus clases, su currículum, su personalidad, su aspecto físico... Carmen no fue la única que encontró este blog: los otros profesores también lo descubrieron, y uno de ellos empezó una de sus lectures con esta chica en alemán, para decirle: "te crees muy lista, pero sabemos lo que has escrito".

Bueno, las consecuencias para esta chica fueron desastrosas: no sé qué habrían hecho los profesores, pero la alumna, al verse descubierta, decidió hacer tres cosas: borrar el blog; escribir a los aludidos pidiéndoles perdón, y renunciar a su año Erasmus y volverse a Alemania. La tercera de estas decisiones fue evidentemente excesiva, precipitada, pero irrevocable. De ella nunca más se supo, y el blog ya sólo está accesible en la caché de Google. (Y no, cotillas, no os voy a dar la dirección).

Moraleja (o también: preguntas para la reflexión): Nuestros actos en el mundo virtual pueden tener consecuencias en el mundo real. ¿Debe ser esto así? ¿Debería haber sido sancionada esta alumna por lo que había escrito en su blog personal? ¿Deben ser juzgados los que roban, violan o matan a un avatar en Second Life como si lo hubieran hecho a una persona de carne y hueso? ¿Tienen nuestros superiores -y el Estado, que es el superior de todos los superiores- derecho a espiar a nuestros yos virtuales -de Facebook, de Wikipedia, de Flickr, de blogspot...- y utilizar la información que obtengan en nuestra contra? Se aceptan respuestas en los comentarios.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

De hecho, hace poco la finura del límite entre lo virtual y lo real se hizo un hueco en los titulares:
"La policía holandesa ha arrestado a un adolescente de 17 años por "robar" muebles por valor de 4.000 euros en una comunidad virtual, llamada Habbo Hotel."
Por supuesto que hay que castigar delitos virtuales, pero con penas virtuales. Puestos a pedir, me encantaría que reinstaurásemos bonitas costumbres, como la amputación, el descuartizamiento o el potro, pero en versión cibernética y postmoderna. (Imaginad lo que tienen de echar de menos nuestros vecinos aquel útil sistema de afeitado radical...)

Munchausen dijo...

Google me da tan poco favorecido como fotografiado con gafas... ¡Esto no es caché, es una venganza! Pero no habría dado con Vd. de no buscarme compulsivamente en estos y otros escaparates. ;)

Para una discusión sobre llevar un blog realmente anónimo, léase aquí.

Esti dijo...

desde luego, nuestros actos en el mundo virtual tienen consecuencias en el mundo real.

yo sé que, al leerme, algunas personas se han emocionado, se han reído, me han conocido mejor.. y eso es lo fabuloso de tener un blog. pero una vez alguien muy cercano se enfadó conmigo (más que por lo que dije, por lo que creyó deducir de mis palabras).

siendo consciente de todo esto, a veces me callo algunas cosas por si alguien me lee, o lo contrario; escribo para un posible destinatario.

bueno, el caso es que las medidas que decidió tomar esa chica me parecen exageradísimas. es como si hubiera aceptado que sus profes se convirtieran en censores de un espacio que, en principio, no les compete en absoluto.

pero la cosa no es tan clara..

yo sé que lo que escribo es personal pero el espacio en el que lo hago no es privado, de hecho, no podría ser más público.. así que, no tengo claro hasta dónde puedo llegar (en distintos sentidos; como el de la privacidad ajena, por ejemplo)

nunca he ofendido a nadie en mi blog (al menos voluntariamente), como tampoco lo haría en cualquier otro ámbito. pero, desde luego, no creo que nadie deba quitarme el derecho a expresarme como me dé la gana.

no sé. quizá el límite está cuando se pretende hacer daño a alguien pero la intencionalidad tampoco es la clave porque a veces sin pretenderlo se consigue..

conclusión; que no concluyo nada. cedo la palabra a alguien más listo.

Mikel dijo...

Vaya, interesante debate el que planteas, se ve que estás ávido de comentarios, jeje...

Pues te doy mi opinión (en un caso de estos en los que tengo que entrar al trapo que si no, no duermo), y lo hago desde el más profundo desconocimiento de la terminología legal, así que de aquí puede salir cualquier cosa.

Opino que el factor que debe marcar la diferencia es si el alcance del delito se circunscribe exclusivamente al ámbito de lo virtual o no.

Se me ocurren tres casos:

1.- El ciberespacio es tan solo el medio o universo en el que se comete el delito, pero el ámbito es en realidad el universo físico. Ejemplos hay muchos: difamación o injurias (como el caso que comentas), robo electrónico, espionaje industrial, ataques contra infraestructuras públicas (centros de control aéreo, de centrales energéticas, etc), la pornografía infantil en Internet... En estos casos, debe actuar la justicia ordinaria, en el mundo "real".

2.- Delitos circunscritos aparentemente al ciberespacio, pero en aquellos casos en los que existe una interfaz clara de transformación entre determinadas características de ese mundo, y el real, generalmente elementos virtuales transformables a dinero real; en ese caso, un delito puede provocar un perjuicio sobre nuestra posición económica. Por ejemplo, existe un comercio real -en dólares- de objetos o personajes con determinadas características de mundos virtuales, como World of Warcraft o Legend of Mirc. Si robo tus claves de acceso, y vendo todo lo que tienes (dejo a tu avatar literalmente "en pelotas" o incluso lo vendo entero) estoy haciendo que pierdas una posible fuente de recursos reales, y en mi opinión debería ser castigado como delito. En términos económicos, era un activo real, parte de tu patrimonio, aunque fuera un ente virtual, y me he apropiado de él para mi propio beneficio, a costa del tuyo.

3.- Acciones punibles (que no delitos) circunscritos exclusivamente a lo virtual. Si en el caso de Second Life le doy una manita de hostias (con perdón, ¿eh?) a tu Avatar, o incluso se llega a una violación, no va a afectar en absoluto a tu vida real. ¿Que puedes sentirte tan identificado con su Alter Ego virtual que sientes esa agresión como si se hubiera producido sobre tu persona?. Pues lo siento, háztelo mirar -creo que tienes un problema-, pero no te han pegado / violado a ti, sino a un muñequito en tu pantalla (digresión: habitualmente muy feo y con vestimenta trementamente hortera) que tu controlas. Otra cosa es que, bajo las reglas de ese universo virtual, sí pueda aplicarse algún castigo, también virtual, como los baneos, etc; con eso no podría estar más de acuerdo.

Ah, por cierto, si te matan en Second Life, no te pueden robar los objetos, ropa, etc, tu avatar reaparecerá con todas sus características intactas.

La verdad es que no es una discusión trivial, hace cosa de tres meses leí, en un medio tan sesudo (ejem, a veces) como la revista Wired, un artículo precisamente sobre la (in)conveniencia de castigar las violaciones virtuales mediante pensas en el mundo físico.

En EEUU, sabiendo como son, dentro de poco veremos demandas de cientos de miles de dólares -reales, claro- por daños morales producidos cuando el avatar "propiedad" de la persona X, que conducía borracho, atropelló al avatar de la persona Y, produciendole:
- una ciber-luxación
- una insoportable sensación de ciber-ridículo
- y un tremendo desaguisado en el ciber-peinado.

Ya lo verás.

Santi dijo...

Lo del tema de los blogs en concreto yo no lo tengo tan claro. Ha habido últimamente casos famosos de blogs que han sido condenados no sólo por sus propios contenidos, sino incluso por los contenidos de los comentarios (así que ojo con lo que decís...). Casi siempre con la SGAE de por medio, por cierto. Creo que el problema en parte es que los blogs son un espacio semi-público / semi-privado, distinto a todo lo que existía en papel, así que si yo aquí insulto a alguien no es como si lo hiciera en mi diario personal, o en una carta privada a un amigo, pero tampoco es como si lo publicara en un periódico, porque esto es un espacio personal. Privado. Pero público. ¿Veis?

Lo mismo con el Facebook, que por lo que leí en un artículo de la también sesuda (a veces) Revista UD, ha provocado despidos de gente que incluía opiniones sobre sus jefes, o que ponía en su status "Jugando al buscaminas" cuando debería poner "Redactando informe importantísimo para mi jefe". Que hace falta ser gilipollas.

En lo que estoy completamente de acuerdo es en que los abogados yankis se van a hacer de oro con demandas absurdas sobre lo virtual, como se han hecho de oro con demandas absurdas sobre lo material.

Mikel dijo...

Si pudiera poner títulos en inglés a mis comentarios, como haces tú, sería "I strongly dissagree" :-)

Porque lo que marca en mi opinión si un acto de comunicación (lo uso para generalizar, porque no me refiero sólo a textos, sino también a videos, audio, etc) es privado o público, no es si estás hablando sobre aspectos de tu vida privada, o si estás hablando sobre la Roma del siglo II, sino si el medio en el que esos contenidos se publican están accesibles sólo para ti mismo (caso de un diario personal en el cajón de tu mesilla), para un grupo reducido de personas (caso de una conversación con amigos en un bar, o un video de tus vacaciones de verano que ves con tu familia) o para el gran público.

Y aunque alguna gente se empeñe en pensar que al escribir en MySpace, Facebook, publicar un video pesonal en YouTube, o escribir en un blog personal, está "entre amigos", o "buddies" como parece que está de moda llamarlos, resulta que esos contenidos son accedidos e indexados por buscadores, bien particulares de los sitios en cuestión, o globales como Google etc.

Y un contenido publicado en un medio al que podrían acabar accediendo (otra cosa es que digas algo interesante como para que acaben llegando a él) cientos de millones de personas, de privado o semiprivado, creo que tiene poco. Tiene el potencial para ser más Mass Media que si lo cuentas en el telediario de Tele 5 o la BBC.

Y, si no, busca en Google "bilbao+limerick" y a ver qué página te sale la primera. Eres un artista del SEO, jeje

P.D. Esto empieza a parecerse a una de las discusiones que en su día mantenía en el Ateneo Libertario por el placer de debatir... Algún día te contaré una tarde de charla en torno a las ventajas y desventajas de una "sociedad comestible" :-DDD