miércoles, 27 de agosto de 2008

Wanna bet?

Me hace cierta gracia el revuelo que se ha montado en Bilbao a cuenta de que ha abierto sus puertas la primera casa de apuestas de Euskadi en el Casco Viejo: lo he visto y oído en el periódico, en la radio y en la televisión, y esta misma mañana había en la radio por ejemplo una entrevista con una psicóloga hablando del posible peligro que esto suponía para los ludópatas. Que me ha parecido una tontería soberana: es como decir que los restaurantes son peligrosos para los bulímicos.

El caso es que cualquiera que haya vivido en Irlanda o en el Reino Unido, habrá visto decenas de casa de apuestas, casi una en cada esquina, donde se puede apostar sobre prácticamente cualquier cosa. En el propio aeropuerto de Londres-Stansted quizáis hayáis visto una, cerca de los baños y de la zona de llegadas. Y las casas de apuesta por internet no son precisamente ninguna novedad, seguro que todos podríais nombrar por lo menos un par de ellas. Vamos, que el quería apostar no estaba precisamente corto de opciones.

Supongo que es nada más cosa de costumbre: aquí jugamos a la lotería, al cupón, a la quiniela, a la primitiva, al euromillón; apostamos en el frontón, en el hipódromo, en el bingo, en el bar antes de las regatas... pero ¡ah!, nos abren una casa de apuestas y nos ponemos como locos, como me imagino que se ponían cuando llegaba el tren por primera vez a una ciudad.

Si es que en el fondo, para qué engañarnos, somos un poquito pueblerinos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pueblerina en todo caso será su puñetera madre,oiga.