lunes, 3 de septiembre de 2007

Shit happens

Como no todo podía salir bien, y siempre tiene que haber alguna piedrecilla en el zapato, este pasado fin de semana tuve un pequeño contratiempo: el viernes, después de cenar, cuando me estaba comiendo una galleta de chocolate (¡una galleta!) se me rompió una muela. No creo que fuera culpa de la pobre galleta: para mí que el diente ya estaba bastante perjudicado.

Afortunadamente, Cinta, mi jefa, me dio el número de teléfono de su dentista (Aemon Noonan, se llama), y el mismo sábado por la mañana me dieron hora para ir a la consulta. Fue todo rapidísimo: llamé a las 8.30; me dijeron que fuera inmediatamente; cogí un taxi; llegué a las 8.50 (aprox); rellené un formulario; me hicieron pasar el primero, ya las 9.10 (aprox) ya tenía un empaste nuevo. Impresionante.

Una curiosidad: que yo recuerde, mi dentista en Bilbao siempre se pone a la derecha de la mesa-camilla-tumbona. El Dr. Noonan se puso a la izquierda. ¿Será por eso de que aquí conducen por el otro lado, o será que el Dr. Noonan es zurdo?

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