martes, 11 de marzo de 2008

Wild times

Esta semana la Universidad de Limerick se ha visto sacudida por dos fenómenos destructivos: el primero es el temporal de lluvia y viento que, por lo que he visto, también ha llegado a Gales, a Inglaterra y a la costa norte de España, así que ya sabéis de lo que hablo; el segundo fenómeno es propio y autóctono: es la rag week, una semana en la que los estudiantes recaudan dinero para charities (o sea, para asociaciones benéficas), haciendo lo que más les gusta hacer: ponerse hasta las trancas de alcohol.

Pues sí, la idea es de lo más original: la Universidad, y en especial las asociaciones estudiantiles, organizan esta semana solidaria, y la única manera que se les ocurre de recaudar dinero es vender bebida, que los estudiante consumen alegremente todos los días de la semana desde la mañana hasta la noche. Las borracheras, como se puede imaginar, son monumentales. En el periódico de la universidad algunos alumnos recordaban sus mejores recuerdos de pasadas rag weeks: "me bebí tres pintas de vino tinto y vomité en el escenario del Stables", "me desperté en una casa que no era la mía y no recordaba cómo había llegado allí", "me tiré a la fuente de delante del Schuman Building y casi me ahogo, porque no sé nadar", "me puse a mear contra la pared de cristal de un edificio, y la gente que estaba dentro me estaba viendo", "estaba echando un polvo en un pasillo de la uni y me pillaron los de seguridad"...

Desde el punto de vista de los profesores, esta semana es bastante coñazo, porque las clases no se suspenden oficialmente, pero los alumnos las dan por suspendidas, así que tenemos que preparar las clases, ir allí y esperar, a ver si aparece alguien. Hay dos opciones aceptables: que la mayoría de los alumnos vengan, y que no venga absolutamente nadie; lo peor es la opción intermedia: que aparezcan dos o tres, con lo que hay que dar la clase y "gastar" el material -y tampoco se puede adelantar mucho, porque si no los demás se pierden...-, intentando además que esas dos o tres personas no piensen: "¿quién me mandaría a mí venir clase?".

De todo esto me sorprenden varias cosas. La primera, que una universidad como la de Limerick, que tiene en marcha una política para fomentar el consumo responsable de alcohol, propicie y apoye una semana de alcoholismo galopante; que las actividades (léase borracheras) duren todo el día, en vez de empezar a una hora razonable, o sea, después de las clases; y que a nadie le parezca raro ni excesivo perder toda una semana de clases (porque en la práctica se pierde) en medio del semestre, y justo cuando la semana que viene hay vacaciones por Semana Santa.

En fin, será que me estoy haciendo viejo.

1 comentario:

Crapúscula dijo...

Te confirmo que te estás haciendo viejo. Relájate y disfruta. Mira: hay un tipo meando contra la mampara.