sábado, 30 de mayo de 2009

Ode to the Landlord (Hymn)

Oh, tú, landlord,
que en septiembre nos dijiste
"mi casa os dejo, mi casa os doy"
(en el principio era el verbo
con un acento de Kerry difícilmente comprensible):
ahora que ha llegado el final de los tiempos
no mires nuestros destrozos
ni la suciedad que hay a los dos lados del horno
sino lo bien que hemos pagado todos estos meses
y lo poco que te hemos molestado.

Tú, que en tu inmenso poder
cerraste una ventana que nadie más podía cerrar
(solo a ti te estaba destinada,
oh landlord),
y mandaste a alguien que arreglara el calentador de la ducha
-aunque a decir verdad nunca arreglaste
ni el timbre ni la luz de la entrada-.

Oh, landlord, ahora
que ha llegado el final de los días
ten piedad de tus tennants
y conforme a tu palabra concédeles
recuperar la fianza
y el dinero que han invertido en la casa
(una estantería, un armarito para el baño, un tendedero);
perdónanos la última factura del gas
y la electricidad
y reenvíanos el correo a la dirección que te digamos.

Tú, que alquilas y rentas
por los siglos de los siglos,
agur.

3 comentarios:

Munchausen dijo...

Je je

Jaime dijo...

¿Significa esto que pronto te veremos por aquí? Ardo en deseos de hablar sobre la situación de las universidades, jeje.. ¡Suerte con el landlord!

Esti dijo...

jajajjaaj
amén