Nuestra querida y apreciada Ministra de Cultura ha hecho hoy otras de esas declaraciones que la están convirtiendo en el personaje más odiado del panorama político español -con permiso quizás de Aznar y de Trillo en estos momentos-: ha dicho que es "asustante" que los libros circulen libremente por internet, una vez digitalizados, "porque entonces este sector cultural maduro y sólido correrá la suerte del fonográfico y el cinematográfico" (o sea, quitándole la pedantería, que los libros seguirán la suerte de la música y el cine).
Pasemos por alto el hecho de que la palabra "asustante" no está en el DRAE, para que no nos llamen talibanes ortográficos, y vayamos al meollo del asunto: no, señora ministra, no es "asustante"; es ilusionante, novedoso, deseable, emocionante, atractivo, desafiante, provechoso, solidario, interesante, bonito, exigente, humanitario incluso, pero no "asustante". Y mira que tenía adjetivos para elegir... "Asustante"... Quizás exagere, pero en mi opinión la digitalización de libros y su puesta gratuita a disposición de los lectores a través de internet es la mayor revolución que se ha producido en la distribución del conocimiento desde la invención de la imprenta: entonces se pasó de unas pocas copias manuscritas a unas cuantas impresas; ahora, de unas cuantas impresas a (potencialmente) infinitas copias digitales.
Y es que esta manía de atacar la capacidad de distribución y comunicación de internet es absolutamente absurda, tanto como -repito- atacar a la imprenta en el siglo XV porque quitaba el trabajo a los monjes copistas. Es ir en contra de los tiempos: no es casualidad que infinidad de proyectos de digitalización de libros estén desarrollándose paralelamente desde sectores privados (véase Google Books) y públicos (véase la Biblioteca Digital Europea). Todos estos proyectos tienden a lo mismo: a aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece ese nuevo medio sin fronteras que es internet, para alcanzar un fin que todos deberíamos estar de acuerdo en desear: que la cultura sea accesible al máximo número de personas, de manera rápida, cómoda y barata.
Ya, ya sé por dónde va la señora ministra: por cada libro que se digitaliza, hay un autor que deja de cobrar sus royalties. Pero, señora ministra, esto tampoco es así. El que las editoriales no se hayan puesto aún las pilas para sacar provecho a la digitalización de libros, ofreciendo la posibilidad de descargarse las últimas novedades al ordenador por unos pocos "leuros", o subiéndose al carro del eBook, por poner sólo dos ejemplos realistas, no significa que éstos no puedan ser caminos de negocio viables en un futuro próximo. Digitalizar no es el problema: el problema -ya cansa repetirlo- es que los sectores encargados de la distrubución de bienes culturales (libros, películas, música...) se hayan convertido en los "luditas" del siglo XXI, enfrentándose contra viento y marea a las nuevas tecnologías con el (sospechoso) apoyo incondicional de los políticos.
Además, que negarse a la digitalización de libros descatalogados o huérfanos lleva precisamente a lo contrario de lo que se propone, como decía hoy mismo Rinzewind: a que centenares o miles de libros del catálogo editorial español de los últimos, digamos, cien años, sean hoy prácticamente inencontrables salvo en librerías de segunda mano, ferias del libro o similares. ¿Es eso lo que quiere la señora ministra? ¿Que los libros pasen sus escasas semanas en el escaparate de las librerías, y luego se sumerjan en el sueño de los justos para nunca despertar?
Porque yo, como creador, lo que querría es precisamente lo contrario: que mi obra me produzca réditos económicos, sí, pero sobre todo que se distribuya, se lea y se comunique.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
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*Idioma original: *Español
*Año de publicación: *1998
*Valoración: *Bastante recomendable
La Habana (Cuba). Año 1994, cuarto año de Período Especial, la...
Hace 20 horas
4 comentarios:
yo te voto para que seas el próximo ministro de cultura!
me ha hecho gracia tu comparación "como atacar a la imprenta en el siglo XV porque quitaba el trabajo a los monjes copistas".. pero me parece muy acertada.
ojalá todos estuviéramos de acuerdo en que la cultura debe ser accesible al máximo número de personas.
pensando en guatemala, se me ocurre que quizá los libros dejarían de ser un lujo inaccesible para la mayor parte de la población (librerías caras, bibliotecas escasas).
porque eso sí que es "asustante"! que la gente no pueda leer porque no tiene dinero..
¿Qué se puede esperar? Lo primero que han recortado en el presupuesto es Ciencia y Tecnología... Total, si queremos aprender algo, ya miraremos en internet, que es 'gratis' o "de nadie", como decía otra ministra sobre el dinero público.
Yo me sumo a los votos dirigidos a convertirte en Ministro de Cultura. A los nuevos ministros parece que les ha entrado una diarrea verbal y, de repente, sólo hablan de internet ("y lo malo que es", Sinde dixit) y de digitalizar la escuela (yo más bien diría "llenarla de portátiles"). Ojalá les diera por hacer propuestas serias, bien pensadas y contrastadas, que hicieran accesible la cultura a todos y que abordaran realmente la digitalización de la escuela, tomando como referencia a los profesores que llevan años trabajando con las TIC (entre otras muchas cosas).
Jajaj, ahora sólo puedo imaginarme a la ministra cual Jorge de Burgos post-moderno llenándose la boca de chips y cables de banda ancha.. ¡Pues que le aproveche!
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