¡Oh, odas posmodernas,
que sois odas
y al mismo tiempo sois posmodernas,
yo os saludo!
Con ese humor tan vuestro,
oh, odas,
jajaja
hacéis que nos nazca una sonrisilla
tontorrona
como de padre orgulloso
(por lo menos a mí, que soy vuestro padre,
no sé a otros).
Y con vuestros temas ridículos,
oh, odas,
conseguís que nos demos cuenta
de lo absurdas que son nuestras vidas,
de lo estúpidos que somos
y del tiempo que perdemos leyendo
-y escribiendo-
gilipolleces en un blog.
¡Oh, odas posmodernas,
gracias por insultar nuestra inteligencia!
El templo (4): Dios es un croupier
-
Respiré profundamente, cerré los ojos, y con un gesto rápido de los dedos
abri la pequeña cajita de madera. Frente a mí, dos pastillas blancas,
planas y an...
Hace 2 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario