Hacer una mudanza, aunque sea pequeña como la que tengo que hacer yo ahora -bueno, entre ahora y septiembre- siempre es un incordio: ordenar, rebuscar, meter las cosas en cajas, moverlas atrás y adelante... Pero a cambio tiene una cosa buena: hace que nos demos cuenta de la cantidad de porquerías, cachivaches y recuerdos absurdos que vamos coleccionando con el tiempo, así que, cuando hay que mudarse, hay que elegir, y lo que hace unos meses parecía imprescindible, ahora termina en la basura.
Visto así, una mudanza es una forma de purificación, que habría que practicar más a menudo.
Camila Fabbri: La reina del baile
-
*Idioma original:* español
*Año de publicación:* 2023
*Valoración:* recomendable
A riesgo de, a estas alturas, inventar la *Re-member-seña *voy a tener qu...
Hace 19 horas
1 comentario:
Dos mudanzas son como un incendio, dice mi cuñado...
Crapu
Publicar un comentario